LA ALBERCA
La Alberca es un pueblo de postal. Por su arquitectura popular serrana, su apiñado caserío de calles empedradas, sus casas típicas de piedra con aleros que parecen juntarse, sus fuentes de granito y, sobre todo, por su plaza Mayor, con floridos balcones, crucero y soportales. A 13 kilómetros de La Alberca y por una serpenteante carretera se asciende a la Peña de Francia, la rocosa cima donde se levanta el santuario mariano más alto del mundo, que tiene unas vistas privilegiadas y una hospedería junto a él. Desde La Alberca y bajando el Portillo, son varios los miradores que a lo largo de 12 kilómetros invitan a detener el coche hasta llegar al monasterio de San José. Encajado en lo más profundo del valle, el monasterio no se puede visitar, pero sí avanzar por un sendero junto al río Batuecas que parte desde la entrada del cenobio hasta llegar a la cascada del Chorro o los caminos que llevan a pinturas rupestres.
También de La Alberca parte el Camino de las Raíces, uno de los Caminos de Arte de la Naturaleza que recorren la sierra. Sus 9 kilómetros no tienen dificultad y se completan en unas tres horas.ç
SAN MARTÍN DEL CASTAÑAR
De esta sierra, San Martín es uno de los pueblos que más gustan. Y así es, sobre todo, por sus casas con corredores y entramados de madera, toda una representativa muestra de arquitectura tradicional. Pero un paseo por este pueblo regado por las aguas del río Francia y situado en lo alto de un promontorio, también descubre sus otros encantos: el puente medieval, la torre de la iglesia, la centenaria plaza de toros y, junto a esta, el castillo, hoy Centro de la Reserva de la Biosfera.
Entre castaños y bancales de olivos discurre El Bosque de los Espejos, el Camino del Arte que une San Martín del Castañar, Sequeros y Las Casas del Conde, una invitación a cruzar con Alicia en el país de las Maravillas al otro lado del espejo.
SEQUEROS
A un relajado paseo por sus calles y plazas porticadas también invita este pueblo, porque son un recuerdo de las antiguas fortificaciones del recinto amurallado que rodeaba la población en el Medievo. En el camino sorprende la torre del Concejo, la plaza de toros, la iglesia del Robledo, los humilladeros y el Teatro León Felipe, dedicado a ese gran poeta castellano que vivió buena parte de su infancia en este pueblo salmantino, hasta llegar al mirador de la Cruz, el mejor lugar para asomarse a la sierra de Béjar-Candelario.
Además esta el Bosque de los Espejos, que une San Martín del Castañar con Sequeros y Las Casas del Conde.
MIRANDA DEL CASTAÑAR
Miranda es otro de esos pueblos de la sierra de Francia que derrochan encanto, incluso antes de llegar a él, porque está rodeado por frondosos castaños. A los pies del río Francia, en sus laberínticas calles medievales asoman casas y casonas con escudos de piedra y misteriosos pasadizos. Si su plaza de toros cuadrada presume de ser una de las más antiguas del mundo, el castillo es un privilegiado observatorio sobre la villa y su muralla que evoca a tiempos pasados.
Además esta el Camino de los Prodigios, que une esta localidad con Villanueva del Conde. Un circuito de 10 kilómetros de dificultad baja.
MOGARRAZ
Buscando el rumor del agua de sus catorce fuentes, rincones tan bonitos como el de Mané o el cerdo de San Antón, que deambula libremente por las calles, discurre el paseo por este pueblo que guarda con fervor sus tradiciones y su estampa típicamente serrana. Entre cruceros y originales dinteles esculpidos en granito con alusiones a la fe, se llega a la torre del Campanil y después a la iglesia de las Nieves.
Además esta el Camino del Agua, un paseo circular de 7 kilómetros que comienza y acaba en esta localidad y va descubriendo seis instalaciones artísticas en unas dos horas de recorrido fácil.
VILLANUEVA DEL CONDE
Es curioso, pero el último de los pueblos declarados conjunto histórico de la Sierra de Francia es lo más parecido a una manzana, y es que así están dispuestas sus casas de granito y tramones de madera. En el interior de este recinto amurallado perfectamente cerrado están las huertitas, a las que se accede por unos curiosos pasajes y callejinas.
Entre madroños, robles y obras de arte discurre el Camino de los Prodigios, el entretenido paseo circular que une Villanueva del Conde con Miranda del Castañar.
Fuentes:
http://www.hola.com/viajes/2016100488779/pueblos-encanto-salamanca-sierra-francia-ruta-coche
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