La niebla, muy cerrada, dificultaba el viaje. Sin embargo, como suele suceder, a los 40 km se fue disolviendo en velos que abrieron el día a un sol raso y fulgurante.
Se trataba de pasear por el valle alto del Tormes, muy cerca de su nacimiento, dondequiera que nazca. Llegamos a Hoyos del Espino, el pueblo de los músicos en la naturaleza y desde allí caminamos una ruta por los parajes que bordean por el norte la imponente Sierra de Gredos.
Hoyos del Espino no es precisamente un pueblo olvidado ni despoblado. Se lo ve dinámico y vivo. Su entorno compagina las posibilidades del turismo con la ganadería extensiva tradicional de vacas “avileña-negra ibérica“.
viernes, 14 de diciembre de 2018
martes, 4 de diciembre de 2018
El Caño de la plaza de la Fuente (Salamanca)
Se denominaba así porque en aquel lugar se reunían las nodrizas o amas de cría para alquilar sus servicios y amamantar a criaturas ajenas.
Esta plaza fue siempre una de las más transitadas entradas de Salamanca, pues una vez traspasada la muralla por la puerta de Villamayor, se desplegaban en torno a ella un abanico de calles que conducían a distintos lugares de la ciudad.
Su nombre se debe a la fuente que desde muy antaño y según la tradición oral se la denominaba "Caño Mamarón", dado que en aquel lugar se reunían las nodrizas o amas de cría para alquilar sus servicios y amamantar a criaturas ajenas.
Esta plaza fue siempre una de las más transitadas entradas de Salamanca, pues una vez traspasada la muralla por la puerta de Villamayor, se desplegaban en torno a ella un abanico de calles que conducían a distintos lugares de la ciudad.
Su nombre se debe a la fuente que desde muy antaño y según la tradición oral se la denominaba "Caño Mamarón", dado que en aquel lugar se reunían las nodrizas o amas de cría para alquilar sus servicios y amamantar a criaturas ajenas.
lunes, 3 de diciembre de 2018
La iglesia de Fátima (Salamanca)
Situada en el barrio de Garrido en Salamanca Capital, se constituyó como parroquia en marzo de 1963, siendo la primera iglesia del populoso barrio.
Unida al desaparecido cine Fátima dio lugar a lo que hoy es la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, una iglesia de grandes dimensiones, con largos pasillos e incluso varios pisos. Disfruta de varios servicios como una biblioteca y una sala exclusivamente a las confesiones.
El cine era un humilde local que terminó adosándose a la parroquia, sirviendo para el trabajo pastoral. Fue el 30 de noviembre de 1955 cuando se colocó la primera piedra siendo bendecida por el obispo Francisco Barbado Viejo cuya inscripción figura en la pared de la iglesia (30-Xl-1955).
Unida al desaparecido cine Fátima dio lugar a lo que hoy es la parroquia de Nuestra Señora de Fátima, una iglesia de grandes dimensiones, con largos pasillos e incluso varios pisos. Disfruta de varios servicios como una biblioteca y una sala exclusivamente a las confesiones.
El cine era un humilde local que terminó adosándose a la parroquia, sirviendo para el trabajo pastoral. Fue el 30 de noviembre de 1955 cuando se colocó la primera piedra siendo bendecida por el obispo Francisco Barbado Viejo cuya inscripción figura en la pared de la iglesia (30-Xl-1955).
El Meandro del Melero
El conocido como Meandro del Melero (o Meandro El Melero), con el río Alagón haciendo su giro más complejo, podría definirlo como una de las postales paisajísticas más hermosas de cuantas hay en España, con lo que eso supone.
Cuando es contemplado en su máxima plenitud en el límite más oriental de Las Hurdes, concretamente en el mirador de La Antigua, uno se pregunta cómo no ha ido a parar antes a semejante gloria de la naturaleza patria. Y las respuestas que surgen no son más que silencio.
¿Qué pasaría si el Meandro del Melero estuviese en otro país? ¿No creéis que sería un lugar eterna y justamente inmortalizado? O quizás puede ser que la gracia de esta joya natural consista precisamente en ese factor, que garantiza la sorpresa y el encantamiento de quienes no se esperan un lugar así de ningún modo por mucho que se lo hayan contado.
Cuando es contemplado en su máxima plenitud en el límite más oriental de Las Hurdes, concretamente en el mirador de La Antigua, uno se pregunta cómo no ha ido a parar antes a semejante gloria de la naturaleza patria. Y las respuestas que surgen no son más que silencio.
¿Qué pasaría si el Meandro del Melero estuviese en otro país? ¿No creéis que sería un lugar eterna y justamente inmortalizado? O quizás puede ser que la gracia de esta joya natural consista precisamente en ese factor, que garantiza la sorpresa y el encantamiento de quienes no se esperan un lugar así de ningún modo por mucho que se lo hayan contado.
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