La finca La Francesa, en Béjar, acoge uno de los árboles más grandes de Castilla y León: se necesitan nueve personas para rodear su tronco.
A finales de este año, se cumplirán nada menos que treinta y siete años desde que se cerrara la línea del tren entre Astorga y Plasencia. Pese a estar lleno de maleza por el abandono de años y años de cierre de la línea del tren, el antiguo trazado de la vía del tren se utilizaba como uno de los accesos a la finca de La Francesa, donde se ubica el cedro centenario, cuya copa es visible desde distintos puntos de la zona.
Así fue hasta que, en 2015, comenzaron las tareas para retirar los viejos raíles y convertirlo en un Camino Natural, conocida también como Vía Verde, que une Béjar con Extremadura a través de un sendero cómodo para el paseo y para el uso de bicicletas. Cuenta aún con los elementos propios del viejo servicio del tren como puentes y semáforos que, ahora, sirven de orientación para visitar el árbol.