martes, 2 de febrero de 2021

La cueva de la múcheres (Salamanca)

El nombre de esta cueva es muy conocido por los Salmantinos.

En la actualidad se encuentra integrada en el Campus Universitario Miguel de Unamuno. Las piedras del interior y exterior de  la cueva tienen un color rojizo ya que contienen mineral de hierro, por lo que también se la denomina “Cueva de la Peña de Hierro”.

Allá por septiembre de 1965, los alrededores del lugar se convirtieron en asentamiento de la primera Feria Monográfica de Ganadería y en la actualidad, a pesar de la urbanización de la zona, aún se conserva la cueva que hoy es vecina del Centro de Investigación del Cáncer.


La gruta fue morada durante la primera mitad del siglo XX, de cierto personaje medio novelesco, medio tragicómico y un punto salpimentado de poético, cuyo nombre era invocado con frecuencia por las personas mayores para meter miedo en el cuerpo a los pequeños más díscolos,  revoltosos y berreones:

"¡Si no eres bueno, llamo a la Múcheres, que te lleve! ".

Los indigentes que habitaban la cueva, eran una pareja singular. que tuvo varios hijos, uno de los cuales fue limpiabotas, ejerciendo su oficio en la cafetería Las Torres de la Plaza Mayor de Salamanca. El marido que por entonces podía tener unos 50 años, era un tipo mal encarado que pedía limosna por las calles de los barrios cercanos y era borrachín de oficio. Ella era una mujer muy muy hermosa, de veintitantos años que en un incendio se quemó la cara y por vergüenza se encerró en la cueva y a penas salía de ella, dándose también a la bebida.

En el verano solían tener encendida la lumbre en una pequeña explanada que había frente a la entrada, por la que atravesaba un camino que, por un lado, iba hasta el arroyo que nacía en la desaparecida Fuente de la Zagalona y, por el otro, al llamado Prado Rico (donde están ahora el hospital Clínico y el Ambulatorio).

En la cueva solían ofrecer cobijo a los sintecho que se arrimaban a dormir junto al fuego que malamente caldeaba la espaciosa estancia en los crudos fríos invernales de aquel paraje inhóspito, y en sus brasas calentaban los míseros pucheros, con los que también se abastecían de agua de la cercana fuente.

Tras el fallecimiento de “la mucheres” la covacha fue accesible a quien a ella se acercaba y después de albergar durante escaso tiempo un singular establecimiento hostelero, fue luego refugio constante de mendigos, gentes sin techo, drogadictos, y acogió toda suerte de amores y desamores, turbulentas fogosidades, caricias y besos de parejas rijosas, que en aquella soledad apagaban sus ardentías. Sirvió también de evacuatorio perenne de gentes sin civilizar y testigo de otros impropios menesteres, hasta el extremo de que las dos aberturas que constituyen la entrada principal y la secundaria tuvieron que cerrarse con una reja en evitación de semejantes desmanes.

Dicen que por las noches, a altas horas de la madrugada, cuando es pleno el conticinio y la ciudad duerme, de la cueva solitaria salen susurros de cantes flamencos, fandangos, jipíos, palmas y los taconeos acompasados de la vieja  mucheres.

La cueva como bar que era muy de moda en la época del 69. Por los años 69 allí cantaba Calderas que era hermano de Farina todas las noches había fiesta gitana de cante y baile.


Fuentes

Artículo:  "La cueva de la múcheres" Publicado en https://www.facebook.com en el grupo fotos antiguas de salamanca por Jaime San Roman el 25/01/2020. Consultado el 31/01/2021.

URL: https://www.facebook.com/groups/salmanca.antigua/permalink/3547777601987293

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