martes, 12 de abril de 2016

Cueva del Castañar (Extremadura)

La Cueva de Castañar situada próxima al núcleo urbano de Castañar de Ibor (Cáceres), fue descubierta en 1967. Tras su estudio por el Instituto Tecnológico Geominero de España se puede afirmar que se trata de una cavidad kárstica de espectacular belleza y valor científico siendo considerada una de las más interesantes de todo el territorio español.

La singularidad e importancia de las cuevas de Castañar de Ibor es mayor teniendo en cuenta la fragilidad de sus componentes. Por este motivo fue declarada Monumento Natural en el año 1997 con el fin de evitar un posible uso inadecuado de la misma.

La Cueva de Castañar es un Monumento Natural debido a que contiene una variedad inusual de espeleotemas de gran belleza y de una composición más heterogénea de lo habitual. Además está en un entorno con escasas formaciones kársticas, lo cual aún le da más valor.

Su descubrimiento tuvo lugar hace poco menos de 50 años. Después de su descubrimiento se instaló un trampilla y sólo espeleólogo/as expertos podían acceder a ella. La cueva se hizo accesible para las visitas, siempre en pequeños grupos, en 2003.



La Cueva de Castañar es un sistema vivo, el agua sigue circulando por ella favoreciendo la disolución de las dolomías y magnesitas, los colapsos y también la formación y crecimiento de las formaciones minerales e incluso su transformación. Aunque lentos, estos procesos hacen que la cueva y sus formaciones vayan cambiando.

La Cueva de Castañar es una cavidad kárstica de reducidas dimensiones; se han topografiado unos 2.135 m distribuidos en salas y galerías que dibujan un entramado de oquedades de escasa altura que constituye la cavidad.

Las dolomías son rocas formadas por dolomita como mineral dominante. En las magnesitas el mineral dominante es la magnesita. En el microscopio electrónico de barrido las dos aparecen como grandes cristales romboédricos. Las dolomías y magnesitas presentan líneas o surcos verticales debidos a la disolución provocada por la circulación del agua de lluvia. En otros casos la disolución es más intensa y se ha llevado partes importantes de las capas, dejando huecos irregulares rellenos por arcillas rojas.

En la actualidad se ha construido una caseta que protege el recinto de entrada al sistema kárstico; la entrada natural a la cavidad está cerrada por una compuerta metálica sobre el hueco que dio origen a su descubrimiento de forma fortuita. Esta compuerta sólo se abre para las visitas con objeto de mantener estable el sistema físico-químico reinante en su interior. Para acceder a la cueva se desciende por una escalera metálica que salva el desnivel verticalizado que existe entre la boca y la primera galería de entrada, siendo la diferencia de cota entre ambos puntos de unos 9 m; para la instalación manual de esta escalera fue necesario ampliar la sección del hueco original en toda su longitud, lo que ha permitido instalar pequeños rellanos que facilitan el acceso al visitante.

Salvado el desnivel se localiza la galería principal con una longitud de unos 180 metros y en origen una escasa altura, lo que condicionó la realización de un ligero rebaje en el suelo con objeto de facilitar el acceso. En este pasillo se encuentran los primeros espeleotemas que sorprenden al visitante aunque constituyen sólo un pequeño anticipo del universo de formaciones que verán más adelante.

Este pasillo o galería conduce a la denominada Sala Nevada. Esta es una de las salas de mayores dimensiones de la cueva y actúa como distribuidor de los distintos recorridos por ésta. Su nombre responde al aspecto nevado de su superficie, cubierta por un tapiz blanco.

Desde la Sala Nevada se puede acceder al Laberinto Este, Sala del Jardín, Sala Blanca y Sala Final, todas ellas localizadas en el sector oriental de la cueva. Entre ellas, es la Sala del Jardín la que ofrece uno de los espectáculos más sorprendentes al visitante por la belleza, variedad y abundancia de espeleotemas que tapizan techos, paredes y suelo.

La estructura geológica, con pliegues y fracturas principales con direcciones N150ºE, y otras fracturas perpendiculares, es la que condiciona la forma laberíntica de la cueva y el hecho de que sus principales cavidades sigan también esas direcciones. Esto se debe a que las fracturas son las zonas más débiles y el camino más favorable para el agua subterránea, por ello la disolución de las dolomías y magnesitas se produce siguiendo esas direcciones. Una vez disueltas estas rocas, las rocas que tienen encima (pizarras, areniscas y también dolomías y magnesitas) no tienen donde sujetarse, se rompen y sus bloques caen al suelo de las cavidades. Estos colapsos tienen lugar en las zonas en las que se ha producido la mayor disolución.

El equilibrio que hay actualmente en la Cueva del Castañar es un muy delicado y se debe mantener para no alterar los procesos que de forma natural tienen lugar en la Cueva.


Fuentes:
http://extremambiente.gobex.es/index.php?option=com_content&task=view&id=176&Itemid=91
http://digital.csic.es/bitstream/10261/128202/1/Castanar_book_cap04.pdf
http://digital.csic.es/bitstream/10261/128204/1/Castanar_book_cap09.pdf
http://digital.csic.es/bitstream/10261/128203/1/Castanar_book_cap05.pdf

Libro origen de los capitulos:
http://www.igeo.ucm-csic.es/igeo/noticias/689-libro-castanar

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