La judería salmantina
Plano de Salamanca en la Edad Media |
La primera mención que se tiene de
la judería de Salamanca, figura en diversos documentos fechados en el
año 1169. Esta estuvo localizada dentro de los límites de la muralla,
entre la Catedral y el Alcázar, en la zona sur de la ciudad sobre la
Puerta del Río, aunque no todos sus integrantes se hallaban localizados
en ella, ya que se tiene testimonio de que existían algunos miembros de
esta sociedad que habían establecido su vivienda y negocio fuera de la
Aljama.
Hay referencias también de algunos moradores fuera de los muros o
ya más hacia el norte, en la zona de la Iglesia de San Marcos. Así
mismo podemos decir que lo mismo que algunos judíos moraban fuera de sus
límites también hubo cristianos coexistiendo dentro de la zona judía.
Ubicación de la judería de Salamanca en el entramado urbano actual |
La calle principal de la judería salmantina fue la Rúa Nueva (hoy Calle Libreros) y en ella estaban la Casa de Estudio o Midrash (dirigido al estudio he investigación de la comprensión de la Torá), el centro de estudios del Talmud o Yesibah, de la que se ignora su emplazamiento y algunos centros semiprivados de asistencia, más eficaces y completos que los cristianos. De esta Rúa partían el resto de las calles de la judería que solían ser frecuentemente estrechas y sórdidas y que acababan desembocando en otras callejuelas que morían en viviendas y espacios de propiedad privada o en plazuelas en las que se solían desempeñaban ocasionalmente funciones comerciales. La densidad poblacional que gozó en sus años de esplendor hizo que se suprimieran los espacios libres entre viviendas, adosando unas casas con otras. Tan solo las de las familias más importantes pudieron contar con solares más amplios y dimensiones más generosas, algunas disfrutaron de patios ajardinados particulares.
La ciudad contó con tres sinagogas de las que se tiene constancia, la Sinagoga Vieja muy cerca de la iglesia de San Millán, la Menor ubicada en el Postigo Ciego, hoy facultad de matemáticas y la Nueva, por la zona del parque de La Merced, todas muy cerca unas de otras. Su religión les permitía mantenerse unidos y cohesionados, algo que les posibilitaba conservar sus señas de identidad dentro de una sociedad predominantemente cristiana. La figura de jurídica de un rabino le concedía la condición de Aljama. La comunidad también contaba con una alberguería de los judíos, por la trasera de San Millán y que se sabe que se mantuvo activa hasta la expulsión de estos en el año 1492 y extramuros con un fonsario o cementerio judío muy cerca del Arrabal del Puente, en el denominado vado de Santervás o Sanct Hervás (por la iglesia cercana con ese nombre, edificada en 1100), aguas arriba del Puente Romano junto a la aceña del Arenal.
La convivencia con el resto de
moradores de la ciudad fue haciéndose con el paso del tiempo cada vez
más complicada, ya que muchos de los acuerdos pactados se fueron
rompiendo sobre todo por el lado cristiano. En el año 1382 se acordó de
manera arbitraria en un sínodo celebrado en Cantalapiedra eliminar
algunos de los edificios religiosos de la comunidad judía. Sin ningún
tipo de comunicación previa el Obispo dominico Juan de Castellanos ocupó
la Sinagoga Vieja, consagrándola bajo la advocación de San Salvador,
esto mismo ocurrió en la Aljama de Valencia de Don Juan.
En el año 1391 y con una grave
inflación monetaria debido a las cargas fiscales impuestas por los
gobernantes y que resultaban muy difíciles de satisfacer, hermanada con
unos intereses eclesiásticos poco claros, se extiende por el territorio
nacional, de la que Salamanca no será ajena, un clima antijudío que
favorece y desemboca en un estallido de violencia de carácter popular,
que resta poder a los acreedores judíos de los que los cristianos eran
deudores. Varias de las comunidades judías del país quedaron destruidas,
no pasó lo mismo con la de Salamanca, aunque si que se forzó a muchos
de sus integrantes a convertirse al cristianismo ya que en la Corona de
Castilla sólo se les permitía tres opciones: la muerte, la conversión, o
la huida. No obstante en la Aljama salmantina siguieron manteniendo sus
costumbres judías.
Las predicaciones del fraile Vicente
Ferrer marcaron un antes y un después en la aljama salmantina. En 1411
las predicaciones del fraile enardecieron el ya precario equilibrio de
convivencia en la ciudad, favorecieron el brote de violencia antisemita,
y un proceso de conversiones forzosas. Los judíos que quedaron en
Salamanca tras las predicaciones de Vicente Ferrer no gozaron ya de las
ventajas y privilegios anteriores.
La Universidad en el año 1413
consigue la cesión de la Midrash, para ubicar en él el Hospital del
Estudio. Muchas de las casas y edificios comunitarios judíos situados en
las calles de Serranos, Traviesa o Rúa Nueva pasan a la Universidad de
Salamanca, por compra, cesión o permuta, comenzando su expansión sobre
propiedades y espacios de la judería. Con esto se va consiguiendo
desalojar y disminuir el número de judíos y su influencia.
Con el edicto
de expulsión de los Reyes Católicos de 1492, la larga permanencia de los
judíos en territorio español llagó a su fin. La decisión mayoritaria de
los pocos que ya quedaban en la judería salmantina es la de pasar al
Reino de Portugal. Estos mismos reyes el 10 de noviembre 1493 dictan
una carta de amparo a favor de los judíos que desearan volver a España,
con la garantía de recuperar sus bienes muebles y raíces. Para ello era
preciso que los antiguos judíos se convirtieran al cristianismo
mediante el bautismo. Muchos de ellos regresarán a la ciudad tras su conversión, para reclamar sus antiguas viviendas.
Con el paso del tiempo la zona judía
de la ciudad se fue llenando de nuevos edificios civiles y religiosos
cristianos tales como: el convento de la Merced, el de San Agustín, el
colegio de Cuenca o el de San Millán. El espacio que ocupaba la Sinagoga
Nueva pasó a manos del cabildo catedralicio que construyó en su solar
casas que posteriormente vendió. Entre los siglos XVI y XVII, la ciudad
con el auge de la Universidad irá modificando su entramado urbano y la
antigua Aljama salmantina sufrirá estos cambios e ira desapareciendo y
pasando al olvido, tanto que ya muy pocos detalles de su antiguo
emplazamiento nos recuerdan que allí hubo un barrio judío.
No hay comentarios:
Publicar un comentario