sábado, 1 de marzo de 2014

Arévalo (Avila)

Arévalo es una ciudad y un municipio de España, perteneciente a la provincia de Ávila, en la comunidad autónoma de Castilla y León. Situada al norte de la provincia, la localidad es la capital de la comarca de La Moraña o Tierra de Arévalo. El municipio cuenta con una población de 8203 habitantes (INE 2013), lo que lo convierte en la segunda población en número de habitantes de la provincia tras Ávila, la capital. La localidad  está rodeada de grandes llanuras y se encuentra enclavada en la lengua de tierra que forman al reunirse al norte de la población los ríos Adaja y Arevalillo, quedando por consiguiente a la margen izquierda del primero y a la derecha del segundo. Este emplazamiento entre dos cursos de agua es típico de muchas localidades fundadas en la Edad Media al sur del río Duero, y está relacionado con la defensa militar de la villa. El casco antiguo de Arévalo está declarado bien de interés cultural; en él se conservan una notable cantidad de ejemplos de arquitectura mudéjar castellana —también llamada «románico de ladrillo»— y constituye uno de los lugares más destacados en este aspecto.
Las armas de la ciudad de acuerdo al Real Despacho de Blasón en un documento firmado el 25 de enero de 1905 incorporan desde tiempo inmemorial a un «guerrero armado con casco, lanza y cota de mallas que sale de una fortaleza». El escudo está orlado por los títulos de «Muy Noble», «Muy Ilustre» y «Muy Leal». Estos tres primeros fueron otorgados por el monarca Alfonso VIII en virtud a la participación en el año 1212 de sus milicias concejiles en la Batalla de las Navas de Tolosa. En el siglo XX se añadirían el de «Muy Humanitaria» y la Cruz de la Beneficiencia entre los ornamentos.

Historia

Edad Antigua

La zona está poblada desde tiempos remotos, habiéndose hallado yacimientos prehistóricos cercanos a la población. En el municipio vecino de Nava de Arévalo se han encontrado restos de mosaicos polícromos y fragmentos de esculturas de mármol correspondiente al período tardorromano.

Edad Media

Arévalo se fundó hacia 1085-1090, en el contexto de la Reconquista cristiana, simultáneamente a las poblaciones de Olmedo y Medina del Campo. Aparece documentada por primera vez en el año 1090, cuando llegan a ella repobladores del norte de la península (originarios de Covaleda, Lara y Castilla). Perteneció hasta el año 1135 al obispado de Palencia y posteriormente al de Ávila, a raíz de la restauración de la diócesis de esta última. Durante la segunda mitad del siglo XII fue frontera entre los reinos de Castilla y de León y crece rápidamente, siendo una de las principales poblaciones de la meseta. El concejo de Arévalo a lo largo de su historia consistió mayoritariamente de territorios de realengo. Durante la Edad Media la villa constituyó una plaza fortificada y un centro de comunicaciones de gran importancia entre los concejos adyacentes, entre los que se encontraban Ávila, Medina del Campo, Olmedo, Coca o Segovia. La aristocracia en el poder durante la Baja Edad Media (las 5 familias de los Tapia, Sedeño, Montalvo, Briceño y Berdugo; que trazaban su linaje hacia atrás identificándose como los descendientes de los reconquistadores de la ciudad) se decantó por los Trastamara en la Guerra Civil Castellana. El concejo de Arévalo fue en sus comienzos territorio de realengo. Sin embargo durante los siglos XIV y XV la comunidad de villa y tierra de Arévalo (que llegó a tener una extensión de 1118 km²) se señorializó progresivamente. En Arévalo se asentó una numerosa comunidad judía y musulmana, siendo la judería de Arévalo la segunda del reino de Castilla a comienzos del siglo XV, lo que favoreció la economía local. En el mismo siglo la localidad cobra gran importancia política por la frecuente visita de la corte. El rey Enrique IV de Castilla convocó cortes en Arévalo y, más tarde Isabel la Católica pasó en ella su juventud. La población mudéjar (en 1463 la aljama de Arévalo solo fue superada en recaudación de impuestos por Toledo, Ávila, Sevilla y Guadalajara) de la ciudad se encontraba también entre las más importantes de la Corona de Castilla. La morería, que contaba con un alfaquí, estaba localizada cerca del río Arevalillo.

En la ciudad también estableció su corte el hermano de Isabel, Alfonso. La villa fue empeñada por Enrique IV a Álvaro Estúñiga, (miembro de una familia con un linaje de origen navarro) concediéndole el señorío y el ducado de esta en 1469. Esta concesión se produjo en el contexto de los apuros económicos que había padecido la corona durante la Guerra Civil Castellana entre Enrique IV y su medio hermano Alfonso. El ducado de Arévalo tan solo perduró hasta 1480, cuando los Zúñiga no pudieron retener la posesión de la ciudad por las presiones de la familia real, capitulando y entregando Arévalo a Isabel de Portugal, progenitora de Isabel la Católica.


Edad Moderna

El 2 de julio de 1494 se ratificó en Arévalo el Tratado de Tordesillas. Este acuerdo sería también ratificado en Setúbal por el monarca portugués Juan II el 7 de septiembre de 1494. En el siglo XVI Ignacio de Loyola pasó su adolescencia en Arévalo, siendo la fecha más probable de su estancia en la localidad el periodo comprendido entre los años 1506 y 1517. Tras la muerte de Fernando el Católico, el emperador Carlos V intentó ceder Arévalo a Germana de Foix, a modo de compensar las rentas que en principio le había prometido el esposo de Isabel la Católica en su testamento.Litografía de Francisco Javier Parcerisa publicada en 1865; a mediados del siglo XIX el castillo de Arévalo se encontraba en ruinas.

Tras la muerte de Germana de Foix la localidad debería volver a manos del monarca. La villa protestó, se rebeló, y, tras el pago de una serie de compensaciones monetarias, consiguió, en 1520,40 la promesa del emperador de que la villa no sería nunca enajenada ni vendida. Enclavada en una zona tradicionalmente cerealista, Arévalo, que ya en la Edad Media se benefició como mercado agrario de su buena situación geográfica, se convirtió a mediados del siglo XVIII en el principal centro de producción de cereal de Castilla.

Edad Contemporánea

El comienzo del siglo XIX trajo sin embargo una importante crisis de subsistencia durante la cual se duplicó de la tasa de mortalidad y que también se caracterizó por una fuerte subida del precio del trigo. El paso de los ejércitos franceses por la localidad agravó la situación todavía más por las exigencias desmesuradas de vituallas por parte de los oficiales (Auguste Marmont, duque de Ragusa, llegó a solicitar 8000 fanegas de trigo y 268 000 reales en 1811) y el propio saqueo de la ciudad.
La villa adquirió el título de ciudad el 19 de julio de 1894, concedido por María Cristina de Habsburgo-Lorena (regente de Alfonso XIII) en virtud «del aumento de su población, desarrollo de su agricultura, industria y comercio y fomento de su intrucción popular». Arévalo y Ávila fueron las dos localidades de la provincia en las que a finales del siglo XIX empezaron a aparecer los primeros colegios privados de enseñanza primaria. El 1 de noviembre de 1943 la Diputación provincial eligió mayoritariamente a su alcalde, Lucas Gómez Fortado, para el cargo de procurador en Cortes en la I Legislatura de las Cortes Españolas (1943-1946), representando a los municipios de la provincia. El 11 de enero de 1944 de ocurrió un grave accidente ferroviario en la estación de la ciudad al chocar dos trenes (un tren correo que venía de La Coruña y un tren expreso que realizaba el servicio Madrid-Irún) que se cobró una cuenta de 41 víctimas mortales y 78 heridos. Ese mismo mes se dispuso «en atención a la conducta del vecindario y las autoridades» y a la cooperación ciudadana en el accidente el ingreso de la ciudad en la Orden Civil de Beneficiencia, y la concesión de la cruz de la orden.

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Arévalo

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