Video de youtube con imagenes de Monsanto (Portugal).
http://www.youtube.com/watch?v=LK7wxWDKANo
Y su introducción.
Erase una vez Monsanto, la aldea más portuguesa de Portugal, así la votaron allá por el 1938 a esta milenaria población.
Situada
en la escarpada colina del Monte Santo un lugar plagado de rocas de
granito, se hace casi imposible, imaginar que aquí se ubica una
población.
Sus casas ¡El aprovechamiento de la naturaleza! El
granito, se fusiona con las casas y las casas con él, es como si siempre
hubiese formado parte el uno del otro, el equilibrio perfecto,
aprovechan la piedra como muro, techo... Me recuerda a algún mago
contemporáneo: César Manrique, haciendo su bella morada, en el cráter de
un volcán o Gaudí en el maravilloso Parque Güell, él diría la frase
mágica, muy usada por los arquitectos de la época: física, matemáticas y
naturaleza la pócima perfecta ¡Desde tiempos ancestrales!
Sus
empinadas y empedradas calles, un laberinto de arterias, que conducen al
corazón de la villa ¡El castillo templario! Cuenta la historia, que en
el siglo XII Alfonso Henriques donó el pueblo, conquistado a los moros a
la Orden de los Templarios y entonces su Maestre en Portugal, Gualdim
Pais, lo mandó construir.
Con su elevada figura, como ¡Un
fantasma! Se observa, vigilante del tiempo. Su interior con numerosos
ventanucos y huecos, con formas cuanto menos enigmáticas. No podía ser
menos con unos moradores tan especiales ¡El misterio está servido!
Cuenta con dos puertas de entrada: la de la traición y la principal, y
una vez en su interior las vistas, las sensaciones, el otro ahora, como
si los relojes se hubiesen parado.
En el interior de la
ciudadela, se encuentra la de Iglesia de Maria do Castelo, donde en mayo
se celebra la Fiesta de la Santa Cruz. En esta fiesta, las mujeres de
Monsanto llevan hasta la iglesia las populares marafonas, junto con
jarras de barro llenas de flores, flores que se arrojan desde el
Castillo. Las marafonas, son muñecas de trapo y como una niña ¡Yo quiero
una! Y una, aún me acompaña ¡Me encantan las muñecas de trapo! En
realidad, es una costumbre Maya en la noche de bodas, en el lecho
nupcial tiene que haber una, y garantiza la fertilidad en el matrimonio y
me queda decir, me gustan las muñecas pero ¡Qué me quede como estoy!
Jajaja.
Fuera de sus muros, se encuentran las iglesias de San
Miguel y San Juan, esta última de estilo románico. Durante la
reconquista, la utilizaban para enterrar a los caballeros, hay varias
sepulturas antropomorfas, del siglo XII y XIII, lo que yo llamaría ¡Cama
románica! Un tanto dura, ahora, hay quien dice que los templarios eran
bajitos y cabezones, pues una es solo cabezona y ¡Ni hecha a medida!
Aunque donde esté una cama contemporánea, jjjj.
La Iglesia de San
Juan, sola, sin techumbre que la guarde, con la piedra gastada por el
paso del tiempo. En sus canecillos, casi borrados, acierto a ver ¡Un
lindo gatito! Y alguna otra flor, de cuatro pétalos, como tréboles de la
suerte, que también se ve tallada en los muros del templo.
En casa me están diciendo, que como me enrollo, os dejo el video, un montaje con las fotos de Ojazos y mías.
Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado.
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