martes, 5 de enero de 2021

La historia de Salamanca oculta

La zona del Botánico, plazas de Fray Luis de León y de la Merced, junto a la facultad universitaria, conforma un área con importantes restos arqueológicos como la judería o el convento agustiniano arrasado por los franceses.

En estas zonas históricas de la ciudad continuan apareciendo restos arqueológicos aún en el siglo XXI. Los entornos del Botánico y la plaza de Fray Luis de León esconden bajo la tierra historias de una parte extinta de la ciudad.

La plazuela de Fray Luis de León se conocía como Atrio de San Agustín porque allí se ubicaba el convento de los agustinos, donde vivió y fue enterrado Fray Luis de León y donde vivieron ilustres frailes como San Juan de Sahagún, Santo Tomás de Villanueva, fray Diego Tadeo o Alonso de Orozco. Los terrenos para construir el convento de San Agustín fueron cedidos a los frailes en 1377. Tras sufrir un incendio en 1589, fue otro más grave en 1744 el que destruyó el convento por completo. En la Guerra de la Independencia fue volado por los franceses y nueve años después, en 1827, fue reconstruido para ser desamortizado casi una década después.


Aquel convento de los agustinos, según recuerda José Antonio Bonilla en el ‘Callejero histórico’ fue una de las “mayores glorias monumentales de Salamanca”, construido por el prestigioso Juan de Álava y cuya fachada era comparable a la del convento de San Esteban. Se conoce el convento por un grabado que muestra el estado en que quedó el edifico después del expolio y destrucción de las tropas francesas. Fue el ejército francés el que hizo saltar por los aires el colegio del Rey, el colegio Trilingüe y el caserío que rodeaba el convento de San Agustín con la torre del colegio de Oviedo.

El Botánico fue objeto de una de las primeras intervenciones arqueológicas en Salamanca. En 1856 se excavó en él hasta encontrar, para su traslado a la capilla de las Escuelas Mayores, los restos de Fray Luis de León. Los vestigios de San Juan de Sahagún fueron exhumados para custodiarlos en la Catedral. En toda esta zona de protección arqueológica se han localizado restos de las casas de la antigua judería y de la desaparecida calle San Pedro que contaba con suelos empedrados con rosetas de gran belleza, además de vestigios de un poblado celtibérico y restos del colegio de Cuenca y del convento de San Agustín.

Hace tan sólo cuatro meses la obra del antiguo colegio “Bartolo”, ahora sede de Cursos Internacionales, también sacó a la luz restos de una bodega abovedada del colegio de la Magdalena, cimientos de la iglesia de San Bartolomé, suelos empedrados del palacio Flores Dávila y de las vías Velarde y Escalinata.

Frente a la actual Facultad de Ciencias se ubica la plaza de la Merced que toma su nombre del convento de la Merced Calzada, que se levantó en esta plaza. En dicho espacio estuvo el alcázar de la ciudad y el mercado judío, según algunas fuentes. A lo largo de los siglos XVI y XVII se hicieron importantes obras como un claustro similar al de las Dueñas que fue demolido por los franceses, formando parte su solar más adelante de un cuartel sobre el que finalmente se levantó en parte la actual Facultad de Ciencias.

El convento lindaba con el colegio del Rey que perteneció a la Orden de Santiago y que fue favorecido por los reyes Carlos V y Felipe II. Fue diseñado por Rodrigo Gil de Hontañón con dos hermosas torres, patio, galerías y columnas y que también fue víctima de la Guerra de la Independencia y formó parte del Cuartel de Infantería que allí hubo.

De la plaza de la Merced parte la calle Veracruz que en la Edad Media constituía el primer tramo del vial de la judería. Todavía se conserva la Fonda de la Veracruz, antigua posada de estudiantes que, expropiada en 1985 a José Hernández Bueno, albergó desde 1993 la Escuela de Hostelería y que será en 2021 el futuro Centro de Recepción de Turistas.

Bajando por la calle Veracruz se acaba desembocando en la Puerta del Río o de Aníbal, donde se ubica el crucero gótico que desde la Edad Media ha recibido a los viajeros y peregrinos que accedían a Salamanca por el Puente Romano. Detrás quedan la muralla y la entrada la ciudad por la Puerta del Río. La muralla fue derribada por su estado de ruina a finales del siglo XIX y en 1902 le tocó el turno a la Puerta del Río que no tenía relevancia arquitectónica en sí misma, pero se encontraba ligada al primer relato histórico conocido sobre Salamanca: el asedio al que fue sometida en el año 220 antes de Cristo por las tropas de Aníbal.

El actual Museo de Salamanca se encuentra instalado en la magnífica casa-palacio de los Abarca-Alcaraz situada en la plaza de Fray Luis de León. Se conoce también como Casa de los Doctores de la Reina por haber ostentado varios miembros de esta familia el título de médicos de los Reyes Católicos. Fue mandada construir entre finales del siglo XV y principios del XVI por Fernán Álvarez Abarca y Beatriz de Alcaraz. Como curiosidad, la hija del matrimonio, doña Ana, casada con el comunero Francisco Maldonado, parece haber sido el modelo en el que Fray Luis de León se inspiró para escribir “La perfecta casada”. A lo largo de los siglos esta casa ha tenido diversos inquilinos, desde los estudiantes de la Orden de Alcántara (cuyo recuerdo se mantiene en los vítores de la fachada), luego los religiosos de San Agustín mientras reconstruían su convento dañado en la Guerra de la Independencia. En 1942 fue adquirida por el Estado para instalar aquí el Museo de Salamanca que se inauguró en 1948 con objetos de conventos suprimidos por la amortización de Mendizábal.


Artículo:  "La historia de Salamanca oculta en el entorno de la Facultad de Ciencias" Publicado en https://www.lagacetadesalamanca.es/ por C. A. S. el 29/12/2020. Consultado el 31/12/2020.

URL: https://www.lagacetadesalamanca.es/salamanca/la-historia-de-salamanca-oculta-en-el-entorno-de-la-facultad-de-ciencias-KJ5830972


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